Así que ¿por qué no has oído hablar de las hierbas adaptógenos antes? Bueno, probablemente sí has oído. El ginseng asiático es una de las hierbas adaptógenas más comunes y más potentes del mercado, y puede ayudar a mejorar la memoria y claridad mental, así como reducir el estrés y mejorar tu sistema inmune. La albahaca santa también es un adaptógeno que puede ser un arma fuerte contra el estrés, y debido a que es un miembro de la familia de la menta, también tranquiliza y calma la mente. El romero (sí, el romero que usas en tu cocina) también tiene propiedades adaptógenas; también ayuda al corazón, hígado y a la salud digestiva.
La mayoría de estas hierbas adaptógenas pueden ser consumidas en una variedad de formas que van desde multivitamínicos a suplementos, extractos y tés de hierbas. Y aunque la mayoría de las formas son seguras para el consumo, es una buena idea hablar con tu proveedor de la salud o experto en medicina natural, antes de auto diagnosticarte tus condiciones médicas o tomar cualquier acción para mejorar tu salud.
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