La próxima vez que te des cuenta de que estás atrapada en una espiral de preocupación, tómate un tiempo, detente y siéntate tranquila por un momento. Toma aire un par de veces un poco más profundamente de lo habitual. Respira pensando en aliviarte y espira tus preocupaciones. Haz esto durante unos instantes con la intención de crear un hábito de relajación para ayudarte a abandonar el hábito de preocuparte tanto.
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