Actualizado (UPDATED) el 1st de agosto de 2016
Cada mañana puedes oírme gritar “¡Vaaaamoooonoosss!” porque necesito que los niños se den prisa y terminen todo aquello que han decidido que es más importante que llegar a tiempo al colegio. Como mamá trabajadora que soy, en ese momento puedo estar hablando por teléfono con un cliente mientras trato de calzarme los tacones hacienda equilibrios con una taza de café en una mano, un bebé en mi cadera y repasando que llevo todo lo necesario en la bolsa de los pañales. Cuando mis dos hijos mayores finalmente bajan las escaleras, toman sus mochilas y me miran inquisitivamente: “¿Qué hay para desayunar?”