Las tribulaciones de una mami que trabaja desde la casa-MainPhoto
Las tribulaciones de una mami que trabaja desde la casa-MainPhoto

Izquierda: ¡Esa era yo! Una mami que trabajaba en casa con sus bebés Así tengo esa cara de despiste (2004). Derecha: Ésta soy yo hoy, con mis hijas más mayores. Me veo mucho más relajada (2013).

Internet está que arde, hablando del libro Lean In: Women, Work and the Will to Lead, de Cheryl Sandberg, COO de Facebook. Tengo que decir que sólo he leído un resumen del libro, pero mirando reseñas y participando en conversaciones en Twitter, entiendo que se centra principalmente en las mujeres que trabajan en un ámbito corporativo, dentro del cual persiguen roles de liderazgo.

Llevo toda mi vida trabajando desde la casa, incluso después de ser mamá. Tengo la impresión de que las que operamos desde el confort o el caos de nuestro hogar estamos fuera de la coversación laboral. Y aún así, somos igual o más de ambiciosas y apasionadas profesionalmente que quienes tienen un trabajo de oficina de 9 a 5.

Si ya es todo un reto resaltar, ser asertiva y conseguir que te tomen en serio en un ambiente profesional dominado por los hombres, imagínense tener que hacer lo mismo con hijos de corta edad, y fuera del marco de una oficina. No todas las que trabajamos desde la casa podemos permitirnos, o incluso deseamos, que otra persona cuide de nuestros hijos. Sí, ¡lo queremos todo! Deseamos cuidar de nuestros hijos a la vez que avanzamos profesionalmente. 

Dicho eso, con todas las ventajas que tiene el trabajar desde la casa, hay momentos cuando puede ser todo un reto. Quizá a tu bebé se le ocurra vomitar justo cuando vas a comenzar tu teleconferencia con un cliente o con tu jefe. O te falla la canguro, justo cuando tienes que  salir por la puerta para ir a una reunión importante.

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Bueno, pues recuerdo más de una vez que he tenido que realmente ingeniármelas para salir airosa de la situación. A veces fue a costa de mi salud emocional, como se puede ver en la foto superior y en la que tengo una mirada algo perdida. Pero, me sentía feliz. Así trabajé durante varios años: escribí libros, hice traducciones, colaboré con un periódico e incluso hice trabajos de intérprete de idiomas, todo con mis bebés junto a mí.

Cuando recuerdo algunas cosas que hice, me pregunto cómo lo conseguí. A continuación, algunos ejemplos de hacer lo imposible por salir adelante como mami que trabaja desde casa.

  • Más de una vez, me encontré al teclado, porque tenía que cumplir una fecha de entrega, a la vez que daba el pecho a mi bebé. No era una situación relajante ni mucho menos, pero tenía que ganarme la vida y dar de comer a my nena. Mis hijas están perfectamente bien y yo hice mi trabajo.

  • He escrito libros enteros con mis bebés gateando entre mis piernas. Luego compré una cerca para que pudieran jugar mientras yo trabajaba. Yo me sentaba dentro del area de juego con ellas, computadora en mano, haciendo mi trabajo mientras ellas la pasaban bien. Claro que también me llenaban de babas o lloraban demandando mi atención.

  • He acudido a reuniones de negocios y entrevistas en medios de comunicación, con mi hija pequeña en un portabebés. Simplemente actuaba como si fuera lo más normal del mundo. Gracias a Dios, por lo general se comportaba y siempre me aseguraba de llevar juguetitos para que se distrajera y así yo poder centrarme en la reunión.

  • He asistido a entrevistas de trabajo con mis dos hijas, una en la carreola y la otra de la mano. Claro que como profesional freelance en un medio creativo, seguramente se me perdonan más cosas que si aplicara para un trabajo tradicional. Pero pienso que también es cuestión de cómo te presentas. Cada vez que iba a algún lado con mis hijas, actuaba con mayor asertividad de lo habitual y siempre me ha dado resultado.

Ahora que mis hijas son más mayores (la mayor pronto cumple 12 años), están más que acostumbradas a verme trabajar en su compañia. También se involucran más en mi trabajo que los hijos de mis amigas en los suyos. Les gusta la flexibilidad que tengo, y el hecho de que puedo ir a sus partidos de basket o comer con ellas en la escuela, y a cambio tienen paciencia conmigo cuando tengo que participar en un evento de Twitter en la noche en lugar de leerles un cuento. Creo que también estoy más relajada en general, como se puede ver en la segunda foto con mis hijas hoy día – ¡nada como la experiencia para ganar en confianza!

Al final se trata de apoyarnos en nuestros puntos fuertes, mantenernos firmes y darnos cuenta de que, quizá precisamente porque somos capaces de hacer malabares con el caos, la plaificación y las muchas tareas de cualquier mami trabajadora, como resultado somos mejores profesionales. Si podemos hacer eso, podemos con cualquier cosa. ¡Y no dejen que nadie les diga lo contrario!

Lorraine C. Ladish es Editora en Jefe de Mamiverse. Pueden seguirla en @lorrainecladish y @mamiverse.