Pensamiento positivo El arte de (siempre) mantener tu vaso medio lleno-MainPhoto

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¿Eres una maestra del pensamiento positivo? ¿O eres como Debbie Downer, ese personaje irritante en SNL que tiene una perspectiva negativa de todo? Seguro, el trabajo es súper estresante, la economía es terrible, y tu familia te está causando un envejecimiento prematuro. Pero solo porque hay muchas razones para ver el vaso medio vacío, no significa que debas verlo así. De acuerdo con Margie Warrel de Forbes Magazine, ser optimista no solo te hará más feliz y saludable: “Te hará más rica”. Un estudio que ella citó encontró que diez años después de graduarse, los estudiantes de leyes que eran optimistas ganaban un promedio de $32,667 más que sus compañeros que veían el vaso medio vació.

La negatividad también es mala para tu salud, a diferencia del optimismo que hace maravillas. La editorial de Mayo Clinic informó que el pensamiento positivo puede incrementar tu esperanza de vida y hacerte más resistente al resfriado común. ¿Por qué ocurre esto?  Una teoría es que tener una perspectiva positiva te permite controlar una situación de estrés mejor, lo cual ayuda a reducir los efectos dañinos a la salud del estrés en tu cuerpo. También se piensa que la gente optimista tiende a vivir estilos de vida saludables al ejercitarse más, comer saludablemente, no fumar, y no ser bebedores intensos.

Como cualquier habilidad digna de dominarse en la vida, hay un arte para ser capaz de ver al vaso medio lleno. Tiene que ver con la forma en que nos motivamos a lo largo del día y cómo nos hablamos a nosotras mismas en esas cuevas obscuras que encerramos en nuestras mentes llenas de miedo y de pensamientos pesimistas. Aunque dominar el arte de pensar positivamente no ocurrirá de la noche a la mañana, con la práctica, eventualmente tu plática contigo misma tendrá menos autocrítica y más auto aceptación. Si hay algunos días que simplemente no puedes evitar ver el vaso medio vació, y estás lidiando con una sequía global completa, no te rindas tan rápido. Aquí hay unas formas de practicar el pensamiento positivo todos los días.

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La frase “Fake ir ‘til you make it’ (preténdelo hasta que se haga verdadero) parece tener algún tipo de validez científica cuando se trata de mejorar tu humor. No solo eliminará ese puchero y pondrá una sonrisa; incluso si es falsa, mandará mensajes positivos a tu cerebro. Los científicos han demostrado que cómo sea postura también tiene un gran impacto en cómo te sientes. Así que siéntate derecha y no encorves esos hombros. Mira hacia arriba cuando caminas, no mires al piso. Párate derecha, mentón arriba, sonríe y entabla conversaciones con gente como si fueras la persona optimista y exitosa que aspiras a ser. Esto ayudará a atraer gente positiva y oportunidades a tu vida.

Otra manera de dominar el pensamiento positivo es constantemente rodearte de personas alegres que eventualmente atraerás con tu nueva actitud. Estos inspiran un tipo más soleado de pensamiento; los tipos vampiro-depresivos solo te succionarán la vida con sus comentarios con quejas y melancolía. Así que ilumínate un poco e intenta encontrar diversión en las cosas y con otra gente. La risa es un antídoto altamente efectivo contra la ansiedad. Ver una película divertida antes de ir a dormir, o pasar tiempo con alguien que te hace reír, es un camino seguro al optimismo.

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Como NY Times dice, ignora por completo la plática interna de ‘¡fallarás en esto!’ y mantente con aspectos positivos de la situación que tengas que enfrentar. Por ejemplo, si tienes una presentación en el trabajo  que no has preparado por completo, solo piensa que vas a hacer una presentación excelente y las probabilidades son que se convertirá en una profecía autocumplida. El dicho dice que donde el pesimista ve problemas, los optimistas ven oportunidades.

La clave para ser optimista es ser una buena amiga para ti misma; del tipo que da una acaricia o  una palmada en la espalda y te da una charla cuando te sientes mal. Sin importar la naturaleza de tu trabajo, identifica algún aspecto de él que es personalmente satisfactorio. Por ejemplo, si tu trabajo es limpiar ventanas,  da un paso atrás y admira cómo se ve el cristal limpio cuando terminas. Comienza tu día con una intención, con el objetivo de hacer algo fuera de la zona de confort, como invitar a alguien que te gusta a un trago o mandar tu currículum a tres reclutadores potenciales. Terminar tu día con una nota alegre también es clave, así que asegúrate de reflejar algunas cosas positivas que te hayan pasado ese día y luego alístate para conquistar el mundo mañana, con una sonrisa.