7. Imagínalo.
No puedes pensarlo solo en palabras, tienes que visualizar el mensaje que estás enviando. Asimismo, trata conscientemente de abrir tu mente a recibir mensajes en forma de imagen. Nuestros cerebros no procesan palabras y números, digieren imágenes y responden a la estimulación visual. Piensa en ello así: cuando te imaginas a un ser querido, no ves las letras de su nombre, ves su rostro. Lo mismo en este caso, el mensaje que quieres enviar o recibir debe ser una imagen.