“Sentí que volvía a estar viva. Me sentía deseada y valorada por este hombre. Sentí que me daba lo que me estaba faltando en casa”. Sin embargo, la sensación de euforia duró poco. “Me puse celosa de su esposa, él también estaba casado. Me resultaba muy difícil, además, saber que estaba mintiendo a mi familia… así que finalmente cortamos la relación. Terminé sintiéndome peor que antes de tener mi aventura. Incluso dejé mi trabajo”.