El autoengaño es naturaleza humana, y todas somos culpables de él en algún momento. El biólogo evolutivo y autor de The Folly of Fools: The Logic of Deceit and Self-Deception in Human Life, Robert Trivers, explica: “Nuestros sistemas sensoriales están organizados para darnos una perspectiva detallada y precisa de la realidad, pero una vez que esta información llega a nuestros cerebros, a menudo es distorsionada y manipulada por nuestra mente consciente”. Del lado bueno, mentirte a ti misma no siempre es algo malo, después de todo, ¡es de lo que los sueños están hechos! La clave es reconocer cuándo puede que te esté dañando.
La mayoría del autoengaño es inconsciente, así que los amigos y seres queridos lo ven más seguido de lo que tú lo haces. Uno de los ejemplos más comunes es el novio que todas tus amigas odian. Si estás escuchando el mismo consejo de todos y todavía así lo ignoras, hay una buena probabilidad de que te estés mintiendo y él realmente no sea el hombre de tus sueños.
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