El arte de discutir sin perder el control
Las discusiones son parte de toda relación humana interpersonal. Desde la rivalidad entre hermanos a la rebelión adolescente, incluso los desacuerdos intra-maritales, los que son criaturas apasionadas a menudo se involucran en batallas de voluntades, creencias y planes de acción. Por otra parte, la lucha puede servir realmente para acercarnos a nuestros seres queridos. Martha Beck afirma en Oprah.com: “El conflicto es el mecanismo por el cual establecemos límites en torno a estas diferencias, por lo que cada parte se siente segura con la otra. Tanto si la pelea es una pelea sin cuartel como si es más suave, el conflicto es la nuestra forma de decir: ‘Puedes ir hasta ahí, y no más’”. Hasta que sabemos cómo hacer y mantener estos límites, nunca estamos lo suficientemente cómodos como para relajarnos y mostrar nuestro verdadero yo y abrir nuestros corazones.
Sabiendo que no todo es malo cuando se trata de lucha y que algunos conflictos en una relación en realidad podrían ser una buena cosa, nos preguntamos, ¿cómo pelear de forma correcta? Estas son algunas formas de resolver conflictos personales molestos sin perder la calma, o tu relación.
1. Escucha más de lo que hablas
Cuando discutimos, a menudo nos sentimos como si estuviéramos siendo atacados. En lugar de saltar a la defensiva, toma un momento para escuchar lo que tu compañero está exponiendo. Probablemente te darás cuenta de que no está realmente molesto contigo, sino más enojado acerca de una situación o circunstancia … o tal vez acabas de tomar una muy mala elección y tendrás la oportunidad de escuchar una perspectiva diferente y decir que lo sientes. Cualquiera que sea el caso, escuchar más de lo que en realidad estás hablando te dará la oportunidad de entender realmente la perspectiva de la otra persona con el fin de resolver cualquier problema que estén teniendo.
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2. Identificar el problema juntos… y entonces resolverlo
Así que, después de haber escuchado todo, ¿entonces qué? El verdadero trabajo comienza una vez que tú y la persona con que discutes comprenden cuál es el problema entre los dos. Una vez que los dos están de acuerdo en el problema, pueden poner sus cabezas juntas para generar soluciones que funcionen para los dos.
3. Tomar distancia
En el proceso de descubrir y resolver tu problema, las cosas pueden subir de tono. No tengas miedo de pedir un poco de espacio y un tiempo para refrescarte y repensar. Además, reconoce que tu pareja puede necesitar la misma cortesía para evitar decir algo de lo que se arrepentirá más tarde.
4. Camina para discutir mejor
Caminar, andar en bicicleta o incluso conducir es mucho menos amenazante y, a menudo, más productivo para establecer una discusión o debate que puede escalar. Físicamente, se sentirán como iguales encabezados en la misma dirección y eso es una metáfora increíble para la difícil situación que está trabajando para resolver juntos, ¿verdad?
5. Di que lo sientes
Si lo quieres decir, dilo. Si no lo haces, encuentra algo que realmente lo sientas como traer a colación el tema en un mal momento y dilo. Bajar la guardia y admitir algún tipo de culpabilidad servirá para ajustar la perspectiva de tu compañero y ambos comenzarán a recorrer un camino hacia una solución.
6. Obtener ayuda
Si te encuentras atrapada en una discusión que se repite una y otra vez, dejándote a ti y a tu ser querido infelices y en el borde, podría ser el momento para un poco de ayuda profesional. Un consejero o terapeuta puede proporcionar apoyo para que puedan comunicarse de una manera saludable mientras les ayuda a, juntos e individualmente, entender la raíz de sus problemas y resolverlos.
