Haz una reservación
Mientras más esperes por una mesa, más hambrienta estarás. Entre la impaciencia y ver a otras personas disfrutar de su comida, comenzarás a sentirte no solo hambrienta, sino también molesta (o lo que puede que digas hangry—una mezcla de hambrienta y molesta). Y ese no es un gran estado para estar cuando se te presentan toda clase de alimentos tentadores. Serás más propensa a ordenar opciones menos saludables y a comer de más por la furia del momento. Reserva con tiempo de anticipación para que puedas sentarte justo cuando llegues y pongas un ambiente de tranquilidad para tu comida.
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