Lo mismo ocurre con la escritura. Aunque mi padre tiene un doctorado y mi abuelo tenía una licenciatura, lo que los convierte en escritores es que se sientan a escribir y escriben todos los días. Mi pareja acaba de terminar su MFA (Master in Fine Arts) en escritura. Pero aquello que lo diferencia de sus colegas es que él hace la inversión emocional de sentarse frente a la página en blanco a diario y rellenarla, pase lo que pase.