• Los cuentos de hadas deben comenzar representando un problema existencial, el cual tiende a hacer muy realístico: la necesidad de una casa, una nueva madrastra, falta de comida para los niños… La trama luego se torna fantástica, en sincronía con el propio proceso de pensamiento del niño, y debe concluir con un final feliz, regresando a la realidad.
• Los personajes en los cuentos de hadas deben ser sencillos, ya sean buenos o malos, sin ambivalencias. Esto facilita que los niños puedan identificarse con ellos.