A menudo asociamos el hidratarnos bien sólo con la práctica deportiva pero es importante hidratarnos bien en general. Beber agua suficiente nos ayuda a regular la temperatura de nuestro cuerpo e hidratarnos bien para una actividad física, y durante la práctica de ella nos ayudará a tener un mejor rendimiento. Si incorporamos el hábito de beber agua a lo largo del día, lograremos, además, una piel más tersa, resplandeciente y joven, ¡una piel bien hidratada siempre lucirá mejor!
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¿POR QUÉ NECESITAMOS BEBER AGUA?
El agua ayuda a que la sangre transporte oxígeno, si nuestro cuerpo no está correctamente hidratado lo notarás con cansancio, debilidad, falta de energía… Evita la deshidratación, tendrás más energía y, al mismo tiempo, evitarás posibles problemas de corazón.
Aparte de todo esto, el agua ayuda en los procesos digestivos y a mantener un adecuado tránsito intestinal. También previene la formación de cálculos renales. Te ayudará a prevenir estas y otras muchas enfermedades como el cáncer de colon y de vejiga e infecciones urinarias.
AGUA PARA TODA LA FAMILIA
El agua es vital durante el embarazo. No olvides contribuir también a que tus hijos se hidraten con agua y evita el exceso de zumos o de refrescos azucarados. Apúntate tú también a este consejo, te puede ayudar a suprimir el apetito. ¿Sabías que muchas veces consumimos exceso de calorías sólo por sustituir refrescos o bebidas deportivas por agua? ¡Suprime calorías de más! Además, una hidratación adecuada, te ayudará a mantener lubricadas tus articulaciones y prevenir calambres. Si has decidido comenzar una vida sana y activa ¡empieza por beber agua!
¿Cómo incorporarla? Incorpórala a tu vida y en tu día a día con estos hábitos básicos:
- Lleva siempre contigo una botella de agua, tanto para tí como para tus hijos (acostúmbrate a darles agua cuando tengan sed, en vez de bebidas con altos niveles de azúcar).
- Acostúmbrate a beber agua entre comidas, añade una rodaja de limón o de naranja si te disgusta beber agua sola. Nada más despertar bebe un vaso de agua, tu cuerpo y tu piel te lo agradecerán.
- No esperes hasta el último minuto y bebe agua antes de sentir sed. Bebe un poco de agua antes, durante y después del ejercicio. Al final, poco a poco, te habrás acostumbrado a beber más agua, evitando así deshidratación y sus consecuencias en tu organismo.
