SÍNTOMAS DE UN COMPRADOR COMPULSIVO
Yo compro tanto por necesidades materiales como emocionales. Lo hago a solas, sintiéndome tan culpable como una Bridget Jones comiendo galletitas. Comprar llena la soledad y el vacío que siento muchas veces. La experiencia en sí misma: la satisfacción y la culpa, me dejan sin capacidad de sentir nada más durante un rato… pero nunca es suficiente. El “subidón” que me da comprar me dura muy poco tiempo y, enseguida, estoy de vuelta en el principio, sin saber muy bien qué intento tapar y por qué.