8. Leche de almendra
No hay forma de negar que la leche de almendra es increíblemente buena para ti; está cargada con calcio y vitamina D y es baja en sodio y colesterol. Además es genial si tienes intolerancia a la lactosa o estás tratando de ser libre de lácteos. Y puedes hacerla en casa; todo lo que necesitas son unos cuantos ingredientes, una licuadora, y una manta de cielo para colar la mezcla en un brebaje suave y cremoso que conoces y amas.