No importa qué edad tienen, en grado están o cuál de mis hijos es… siempre me pongo nerviosa cuando mis bebés acuden a su primer día de clase en el colegio. ¿Harán amigos enseguida? ¿Les gustará su profesor? ¿Compré bien todos los materiales para el aula? ¡Que Dios no permita que olvide sus loncheras las primera semana! Al final… soy un desastre el primer día.