2. Monopoly
Aprendimos a contar dinero cuando jugamos Monopoly hace muchas décadas y aún es divertido. La emoción de hacerte rica y comprar propiedades (sin algunas repercusiones o riesgos reales) es simplemente lo que necesitas para dejarte llevar, ponerte competitiva y olvidarte de tu estrés. Y es un juego clásico que puedes enseñarles a tus hijos y disfrutar juntos.