Es suficientemente difícil mantenernos alejados de los dulces, y aún más hacerlo con nuestros hijos. A pesar de eso, sabemos que es importante limitar nuestra ingesta (y la de nuestros hijos) de azúcar para reducir el riesgo de caries, deterioro del sistema inmune y obesidad.
Desafortunadamente, cuando se trata del amor al azúcar, la biología trabaja en nuestra contra. De acuerdo a Julie Mennella del Monell Chemical Senses Center: “Sabemos que los recién nacidos pueden detectar las cosas dulces y preferirán las soluciones dulces por encima de las menos dulces. La biología básica del niño es que no tiene que aprender a querer lo dulce o lo salado. Está ahí desde el nacimiento.” ¿Así que qué hacemos para cortar de raíz el amor por el azúcar de nuestros hijos? Aquí hay 10 estrategias que te ayudarán a hacerlo.
1. Permite el azúcar de manera moderada.
Nada es más seductor que lo prohibido así que no elimines completamente los dulces de la existencia de tu hijo.
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2. No tengas muchos dulces en casa.
Regla #1 para niños y dulces: Si no están disponibles, nadie los querrá.
3. No uses los dulces como recompensa.
Incluir los dulces (de manera moderada) como una parte normal de la dieta de tus hijos hace que sean menos propensos a obsesionarse con ellos o a asociarlos con alabanza.
4. Dales alimentos saludables desde el primer día.
Haz que las primeras comidas de tus hijos sean cosas poco dulces como los aguacates y las peras. Tus hijos tenderán a amar los frijoles si se acostumbran a comer verduras en lugar de dulces.
5. No les des bebidas azucaradas.
Los refrescos y los jugos de fruta endulzados no son una parte necesaria de la dieta de ningún niño. Y beber algo dulce aumentará el deseo de azúcar durante el resto del día.
6. No les des ningún dulce hasta que tengan 2 o más años de edad.
Sabemos que es tentador darles un poco de chocolate o hacerlos callar con una paleta de vez en cuando, pero resístete a la tentación y no les des ningún dulce durante tanto tiempo como puedas.
7. En vez de decirle que los dulces son malos, sólo di que no son algo que se coma con mucha frecuencia.
Sabemos que etiquetar la comida como ‘buena’ o ‘mala’ tiene consecuencias negativas tanto para los niños como para los adultos, ¡así que no lo hagas!
8. Enséñales la regla 90/10.
Enséñales que el 90% de lo que comen debe ser saludable y el otro 10% puede ser comida chatarra.
9. Dales mejores carbohidratos.
Los mejores carbohidratos son los granos enteros, las frutas, los vegetales y los lácteos. Como los niños están creciendo, sus dietas necesitan ser de un 50% de carbohidratos, así que elige carbohidratos que tengan poca o ninguna azúcar refinada.
10. Sé un buen ejemplo.
Los niños imitan muchos de los hábitos de sus padres, incluyendo el amor por el azúcar. Si comes comida nutritiva, es más probable que prefieran comer saludablemente también.
