1. Establece metas todos los días
Una de las ventajas que tu día no gire alrededor de atender a tus hijos es que puedes concentrarte en atenderte a ti misma. Piensa sobre qué es lo que quieres que se haga, toma un gran respiro y comienza. Está bien empezar con algo pequeño. Ahora que no tienes excusas o distracciones, en verdad puedes completar cosas. Incluso pasos de bebé rendirán frutos en el futuro. El reto será que te asegures de establecer metas realistas todos los días para que puedas meterte a la cama sintiendo un sentimiento de éxito, y no de fracaso.