Nota del editor: El siguiente artículo pertenece a una serie inspirada por el final del verano y la llegada del otoño patrocinada por Colgate
El ejercicio es un potenciador de energía y generador de endorfinas que mejoran nuestro humor, lo que debiera ser una razón más que suficiente para calzarse las zapatillas de deporte y salir a correr. Sin embargo, la mayoría de las mujeres está demasiado cansada como para, siquiera, planteárselo. Cuando eres una mamá multi – task, hacen falta mucha creatividad y capacidad de administración de tiempo para incluir una rutina de ejercicio en tu día a día. No es fácil… pero tampoco es imposible.
¿Y quién soy yo para decirte esto? Una instructora de fitness certificada, una corredora de toda la vida y, sobre todo, una mami ocupada que siempre se las ha ingeniado para combinar ejercicio con trabajo, embarazo, post-parto, crianza, desplazamientos y la vida en general. Desde luego que es un desafío, pero puede hacerse. Aquí tienes cómo:
PONTE METAS REALISTAS
- Ten en cuenta que el “todo o nada” no es manera de abordarlo. Si has estado refugiada en el sofá toda tu vida, no pretendas ahora empezar con una rutina diaria de dos horas. Empieza por quince minutos y, a partir de ahí, vas aumentando el ritmo diario.
- Hazlo YA. Posponer una y otra vez la fecha de comienzo de una nueva rutina de ejercicio es engañarte a ti misma porque estás pensando en una vida saludable… pero no la estás llevando a cabo. Pensar y hacer son dos cosas diferentes. Como en cualquier otra cosa de la vida, un poco de acción ahora es mejor que no hacer nada nunca.
- Elige algo que realmente disfrutes. ¿Por qué empeñarse en correr si lo que te gusta es bailar zumba? Que tu mejor amiga sea maratonista no quiere decir que tú mueras por hacer eso, encuentra tu propia pasión a la hora de hacer ejercicio.
- Póntelo fácil. Si el deporte que has elegido implica que tienes que tomar dos autobuses después del trabajo o tienes que arrastrar un equipo pesado a través de toda la ciudad… ¿realmente vas a hacerlo durante mucho tiempo? El ejercicio no tiene que suponer un DEBER extra, sino algo que haces fácilmente y que te da placer.
- Sé adaptable. A mí me gusta correr, pero cuando quedé embarazada cambié mi actividad por natación en el primer embarazo y largas caminatas empujando el carrito de mi hija mayor en el segundo. Cuando mi primera hija estaba en la guardería yo iba al gimnasio con la bebé, que dormía en su porta-bebés a mi lado. Después cambié a hacer bicicleta por las tardes con ellas disfrutando el paisaje sentaditas en el carrito de bicicleta del que yo tiraba.
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HAZTE EL TIEMPO
Estar en forma mejora tu salud, fortalece tu sistema inmunitario y equilibra tu humor. Así que, ¿cómo no va a ser una prioridad? Tienes que hacerte el tiempo. Puedes reorganizar tu agenda y ponerlo como una prioridad.
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Madruga. Levantarse temprano puede parecer una tortura pero, una vez que te acostumbras y has hecho tu rutina, aunque solo sean 20 minutos, te sentirás renovada, vigorizada y lista para enfrentar pataletas, derrames y escupidas infantiles.
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Reemplaza algunas actividades. Haz una lista de todas las cosas que necesitas hacer, por ejemplo: trabajar, hacer las compras, traslados, actividades con los niños, cocinar y etc. Haz otra lista de cosas que te gusta hacer en tu tiempo libre como mirar TV, pasar un rato online o hablar por teléfono. Cambia algunas de estas cosas por hacer ejercicio. lo que sea, incluso vale saltar a la cuerda o jugar a Wii Fit en tu salón.
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Conviértelo en un asunto familiar. Incluye a los niños en tu rutina de ejercicios. Hacer sentadillas con tu bebé en tus piernas mientras le haces caritas graciosas es divertido. ¡Yo lo sé! Cuando eres madre necesitas aceptar que, al menos durante un tiempo, no podrás ejercitarte de la manera “correcta y perfecta”. Sin embargo, tus músculos no saben si estás levantando pesas o a tu hijo en brazos, así que usa su peso y ¡haz que el ejercicio sea divertido para los dos!
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Encuentra una compañera. Haz equipo con una amiga, mientras una cuida a los hijos de las dos. la otra va al gimnasio o, mejor, entre las dos contraten a una niñera y vayan a hacer ejercicio juntas. Tener alguien que te acompañe te ayuda a mAntener tu rutina de ejercicios.
HACER EJERCICIO EN FAMILIA
Si no puedes librarte de tu familia para hacer ejercicio… súmalos a la rutina. Cuando tus hijos son un poco mayores, puedes hacer deporte con ellos. Solo recuerda tomártelo con calma y no poner expectativas demasiado altas. Hazlo porque es divertido. Los niños que hacen ejercicio con sus padres tienen más posibilidades de mantenerse en for ma en su vida de adultos.
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El patinaje y el skate son divertidos a todas las edades. No importa si lo practican en un parking o en una pista profesional, asegúrate de que todos estén usando las protecciones necesarias, especialmente muñequeras y casco.
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Hacer bicicleta es una excelente opción familiar si vives en un área con sendas para ello.
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Caminatas con cross por encima de troncos o por caminos con muchos obstáculos es muy divertido. Hazlo una salida deportiva familiar.
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Racquetball, tenis, volleyball, basketball y badminton son excelentes deportes de equipo. Aunque no quieras convertirte en una profesional, son elecciones maravillosas para ejercitarte y reforzar los lazos con tus hijos
Sea lo que sea lo que elijas, recuerda que lo más importante es mantener la actividad en el tiempo. Nada es mejor que una rutina moderada todos los días para una larga vida saludable y en forma.
Lorraine C. Ladish es Editora Jefe de Mamiverse. Puedes seguirla en @lorrainecladish y en @mamiverse.
