Tampoco quiero decir que no debas tener ambiciones. Pero esa ambición no tiene por qué ser acerca de tener más dinero, más juguetes para los niños y más… cosas. La ambición sana se trata de conseguir metas, es decir felicidad, un equilibrio donde tengas la oportunidad de disfrutar de tiempo libre y tiempo con tus seres queridos sin tener que preocuparte de cómo vas a pagar tus cuentas.