No soy rico y no me importa. Bueno, más o menos. Recuerdo un trabajo que tuve, cuando surgió la posibilidad de presentarme para supervisor, lo consideré. El aumento de sueldo hubiera sido sustancial. Llamé a un amigo, que era supervisor en otra compañía, y le pregunté si le parecía buena idea. me dijo que no. La cantidad de estrés y responsabilidad que tiene un supervisor excede el beneficio de un aumento de sueldo. “Además”, dijo, “solo serán algunos dólares más en tu cheque de pago. En un par de meses ni sentirás que te aumentaron el sueldo”.