3. Fue el propio padre de Andersen quien introdujo al autor, entonces un niño, en la literatura leyéndole Las mil y una noches. Al principio, Andersen no estaba muy orgulloso de sus cuentos de hadas, le avergonzaban un poco y pensó en dejar de escribirlos. Pero, en determinado momento, pensó que eran algo así como “poesía universal” y siguió escribiendo dentro de este género. Su poesía y sus cuentos han sido traducidos a más de 150 idiomas. Han inspirado películas, obras de teatro, ballets, canciones y juegos.