Pero por más que tratas de no ver, las pruebas están ahí: bromas pesadas, querer sobresalir a tu costa, incluso el pretender ‘apropiarse’ de un familiar común y hacer causa para desvalorizarte aún más. Tú siempre lo disculpaste, ‘tiene depresión’, ‘no le ha ido bien en la vida’, ‘es inmaduro’, ‘necesita protección’, pensabas que era algo temporal pero siempre iban a estar el uno para el otro. ¿Para eso está la familia, no? ¿Cómo vamos a desconfiar de alguien de nuestra propia sangre, que ha crecido junto a nosotros, que nos conoce hasta en nuestros más profundos secretos, nuestros mínimos gestos y debilidades?