No estaba preparado para esa novedad. Por supuesto que me sentía feliz, como la mayoría de los hombres cuando les dicen que van a ser papás, y más aún cuando me di cuenta de que había creado una nueva vida. Destilaba orgullo… ¿o eran gotas de transpiración? Después de unos segundos de obnubilación me quedé pasmado, entumecido… y mi mente se puso a pensar en lo que realmente significaba tener un bebé. El mundo, mi mundo, empezaba a verse muy diferente, ¿qué era lo que hacía la diferencia?