Si eres el tipo de persona que sólo tiene que mirar las plantas para hacerlas florecer, este artículo no es para ti. El 30 de mayo celebramos el día de riega una planta. Las plantas mantienen nuestro aire saludable, nos proporcionan belleza y, por supuesto, alimento. Las plantas necesitan buen suelo, nutrientes y agua para prosperar. Es importante que nuestro mundo se llenan de plantas. Es fácil y nada sabe mejor que las verduras recién cortadas de una huerta casera.
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Pero, si tienes la mano de cualquier color menos verde, y las plantas se echan a temblar cuando estás cerca, quizá puedas beneficiarte de estos consejos.
1. Riego
La mayoría de la gente riega las plantas cuando se acuerda. Sin embargo, ellas necesitan un plan de riego basado en la iluminación y el nivel de humedad en la habitación. Si no estás segura de cuánto o cuán poca agua necesitan tus plantas, saca tu laptop y búscalo.
2. Drenaje
Un suelo demasiado húmedo permite que las raíces se pudran y la planta muere. Llena el fondo de la maceta con grava o pequeñas piedras. Absorberán la humedad innecesaria.
3. Luz solar suficiente
Las plantas necesitan la luz del sol para crecer. La cantidad de luz solar necesitada varía con la planta. Invierte en una guía de jardín o buscar en internet para saber lo que es mejor para tu planta.
4. Humedad en invierno
Puede hacer frío afuera pero tus plantas todavía necesita humedad. Muchas plantas de interior son plantas tropicales provenientes de climas húmedos. Mantener el suelo húmedo o crear bruma mantendrá saludable a las plantas.
5. Maceta demasiado pequeña
Si tu planta está caída o no se ve saludable, trata de cambiarla a una maceta más grande. Dale suelo fresco y espacio y verás cómo crece con entusiasmo.
6. Hacinamiento
Si las plantas están muy juntas, tienen que competir por los nutrientes y la luz del sol. Las plantas que tienen que luchar por su lugar en el sol son raquíticas y malsanas.
7. Mal suelo
Hay tres tipos de suelo: arena, limo y arcilla. En mal suelo, las plantas no prosperan. Otra oportunidad para usar internet y averiguar qué suelo es adecuado para sus plantas.
8. Demasiado fertilizante
En el suelo, las plantas pueden estirar sus raíces buscando alimentos, pero dentro de una casa, no pueden darse ese lujo. Cada planta necesita diferentes cantidades de fertilizantes. Si sobre-fertilizas y quemas tus plantas, las hojas se ponen amarillas.
9. Limpieza
¿Viste ese polvo que se acumula en tus estanterías? También se cumula en tus plantas de interior. Mantenerlas limpias previene la infestación de insectos y el crecimiento de moho.
10. Todavía no está todo perdido
No te rindas demasiado pronto, a veces las plantas parecen muertas, pero pueden ser revividas. Muchas plantas tienen un ciclo natural que las hace revivir. Si tus plantas parece muertas, no las tires. Prueba sacarles las hojas muertas y darles un poco de amor.
