Pagaste una gran cantidad de dinero por esos asientos en el concierto, tan sólo a algunos metros del escenario, suficientemente cerca como para casi tocar a los artistas. Ellos tocaron las mejores canciones, y tú cantaste al unísono, bailaste… fue literalmente uno de los mejores momentos de tu vida. Pero tu obsesión con las fotografías se apoderó de ti y estuviste tan ocupada intentando tomar la foto perfecta con tu celular que ni siquiera le prestaste atención al espectáculo. Peor aún, mientras lo hacías, la gente detrás de ti sólo podía ver el concierto a través de la pantalla de tu Smartphone. De acuerdo a la doctora Maryanne Garry, tomar demasiadas fotos daña la manera en la que las personas crean recuerdos. “Creo que el problema es que las personas están dejando ir el momento.”
