Otra buena forma para relajarte después del trabajo, cómo el Huff Post aconseja, es llamar a alguien que quieres. No nos referimos a textearte; nos referimos a una conversación voz a voz. Si no tienes a alguien en casa con quien tener una buena conversación más que tus hijos, llama a un buen amigo o familiar. Lo mejor que podemos hacer para liberar esa tensión acumulada del día es compartirla con otros o escuchar acerca del día no tan perfecto de alguien más. Las probabilidades son que te reirás o sonreirás por lo menos una vez en ese intercambio y la risa es la mejor medicina. Si no hay nadie a quien puedas llamar o hablar, escribe un diario para sacar tus pensamientos o lee un rato, ya que le permitirá a tu mente escapar a otro lugar.