Encontrar la manera de conseguir que un niño tome una siesta puede ser uno de los mayores retos que enfrentan los padres. Hay una razón por la Go the F**k to Sleep se convirtió en una sensación de noche. Si supieran cómo van a atesorar el lujo de una siesta diaria en la tarde 20 años después. Y aceptémoslo, la siesta da a las mamás un descanso muy necesario desde el caos de los terribles dos años. Aunque cada niño es diferente, la mayoría de los niños comienzan a aumentar sus siestas de la mañana al rededor de la edad de dos años y cuatro años, y por eso puede que no necesiten mucho descanso en por la tarde.
Mientras que dormir al niño puede parecer una interminable serie de batallas, negociaciones y (en momentos de desesperación) el soborno, es esencial que los pequeños reciban un descanso adecuado para recargar baterías en sus cuerpos y mentes, a través de este tiempo increíble de desarrollo. La mayoría de los niños pequeños necesitan un total de 10 a 13 horas de sueño al día, incluyendo al menos 90 minutos por la tarde. Lo creas o no (y siempre y cuando las siestas no sean más de dos horas y no estén demasiado cerca de la hora de acostarse) pueden hacer que facilite el proceso para que los niños a duerman en la noche. Un estudio reciente de la Escuela de Psicología de la Universidad de Sussex encontró que las siestas por las tardes pueden mejorar significativamente el aprendizaje .La Profesora Asociada Dra. Jessica Horst reporta, “deberíamos animar a los niños pequeños a dormir la siesta y debemos aprovechar el período justo antes de que la siesta para la instrucción en áreas académicas clave, como el aprendizaje de palabras y la aritmética.”
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Probablemente nunca descubramos el truco infalible para saber cómo conseguir un niño duerma una siesta, pero hay algunas cosas que puedes hacer para que esto sea más fácil. En primer lugar, prestar atención a ciclo natural del sueño de tu hijo para programar la mejor hora para dormir una siesta, y en consecuencia, una hora para ir a dormir y despertar. Estate atenta a los signos de somnolencia, bostezos; cuando se froten los ojos e irritabilidad general, etc. Por supuesto, su horario es importante también; idealmente podrás encontrar un término medio entre los dos.
Piensa en su ritual de siesta como una versión abreviada de la hora de acostarse y sigue las mismas reglas. La consistencia es la clave. En la medida de lo posible, programa siestas a las mismas horas del día. Si tu hijo va a la guardería, asegúrate de que tus horarios coincidan con el suyo. Ten un lugar designado para que tome la siesta— la elección más obvia sería un cuarto—,es tranquilo, acogedor y libre de distracciones. Puedes ayudar a los niños entran en un estado de sueño planificando actividades previas , relajantes y tranquilas como leer o un dibujo. Obviamente no puedes obligar a tu hijo a dormir, por lo que si no está sucediendo, no lo forces— posiblemente tengas que conformarte con 30 minutos de tiempo tranquilo de vez en cuando.
Si hay hermanos en la casa, es útil darles una actividad tranquila durante la siesta. No hay nada que un niño de dos o tres años de edad odie más de no ser capaz de participar en la acción si la diversión ocurre cerca de ellos. Nunca querrás que las siestas se sientan como un castigo o un tiempo de fuera, eso sólo intensificará la batalla de voluntades.
Haz las siestas algo agradable de esperar y deja que tu niño se sienta más en control. Haz un ritual o deja que él ella elija un juguete para que lo acompañe a dormir, escoja alguna pijama cómoda y que seleccione una historia o canción pre-siesta.
Por último, si tu niño está recibiendo unas 11 o más horas de sueño por la noche y por nada del mundo quiere dormir durante el día, puede ser el momento de terminar las siestas. La mayoría de los niños que tienen alrededor de cinco años de edad ya terminan con esta fase. Ahora ,si tú no has superado esta fase, no entres en pánico ¡Las mamás necesitan un descanso! Aún puedes programar un tiempo tranquilo cada día para que todos puedan descansar durante más o menos 30 minutos.
