Ser feliz está estrechamente relacionado con sentirse conectado con otras personas y tener relaciones significativas. El aislamiento emocional, sin embargo, es un problema creciente con más de un tercio de los adultos de más de 45 años declarándose solitarios crónicos, más del quinto de hace una década. Algunas de las causas son fáciles de descubrir: alto desempleo, cantidad cada vez menos de matrimonios o predominio de la comunicación digital sobre la comunicación cara a cara.
“El mayor problema del futuro es que la gente se está haciendo más introspectiva y deja de relacionarse con sus vecinos”, dice Christian E. Megrelis, vicedirector de International Union of Economists, erudito bíblico y autor de “Glossary of Hope,” una síntesis actualizada del Nuevo Testamento y sus aplicaciones hoy en día.
“La crisis global no es sólo económica, también existe a nivel personal. Especialmente en las naciones industrializadas está sucediendo que nos apartamos de todo contacto humano en detrimento de nosotros mismos”.
El aislamiento emocional, que está en aumento si seguimos un estudio de AARP de 2010, causa un número exacerbado de enfermedades, desde Alzheimer a cáncer, y tiene un riesgo de muerte tan alto como fumar.
“Hay que considerar la calidad de vida”, dice Megrelis. “Las personas solitarias no son felices, por eso se estresan y se enferman. Pero podemos cambiar eso, individual y colectivamente si tenemos la sabiduría que hemos aprendido en los últimos 2.000 años”.
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Este autor ofrece cinco pasos para reconectarse con el mundo y restaurar la felicidad perdida:
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Ama a todos. Desde un extraño a tu peor enemigo. “Detente y ayuda al que lo necesita. Sonríe al empleado de la tienda. Da con generosidad, tu dinero, tu tiempo, tus recursos, no solo lo que es fácil de dar como la ropa vieja que ya no usas”.
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No juzgues a los demás. No es fácil pero se aprende con el tiempo. “Juzgar a los demás es un acto de egoísmo, lo hacemos para sentirnos mejor con nosotros mismos”. Cuando te des cuenta de que lo estás haciendo, detente y piensa en tus propios defectos. Corrige los tuyos antes de criticar los de los demás.
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Perdona pero no olvides. Buscar venganza es primitivo y repugnante. El perdón es una emoción que nace en la corteza cerebral, donde está ubicada la razón. Ejercitar esta y alejarse de los impulsos primitivos nos hace tener objetivos a largo plazo como una vida social saludable.
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Hacer bien a los otros es lo que hace la diferencia. No saber cuál es el propósito en nuestra vida nos lleva al aislamiento emocional. Todos tenemos un propósito, sin embargo, así que aporta cada día tu granito de arena para la construcción de tu felicidad en un mundo mejor.
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Ten fe. No tienes que ser creyente ni tener una religión en particular para sentir la fe. La fe consiste en creer que hay algo más grande que nosotros, que nos guía y nos ayuda. la fe puede tener periodos de duda, pero siempre vuelve a ti y te conecta con los demás seres vivientes.
Si practicas cada uno de estos cinco pasos, el resultado será la esperanza, dice Migrelis.“La esperanza es felicidad, un estado mental que trasciende la felicidad ordinaria”.