¡Psttt!… ¿Sabes esa mujer que lo tiene todo y es perfecta? Esa cuyos niños comen broccoli, que se ve saludable y estupenda todo el tiempo… durante años ella fue el centro de todos mis resentimientos porque representaba todo lo que yo no era.
Cuando era profesora de preescolar en una comunidad populosa donde la mayoría de las mamás dejaban a sus hijos en el centro cuando iban a trabajar, yo me sentía insegura, excedida en peso por haber pasado años sentada en el sofá y sentía cómo me derrumbaba. Comparaba cómo me sentía yo con cómo se veían estas mujeres. No me daba cuenta de que ellas también tenían sus problemas y hacían muchos sacrificios para ser quienes eran.
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En vez de tomar la decisión de cambiar las cosas, decidí esconderlas y así sentirme mejor conmigo misma. Pero hace tres años tomé la decisión de cambiar. No es que tuviera un problema médico serio o una visión, pero decidí cambiar porque me harté de estar siempre cansada. Una de las mamás de mis alumnos tenía un pequeño gimnasio y le pedí ayuda para empezar. Ella lo hizo, y allí comenzó todo. .
No duré mucho en el gimnasio, pero ejercitarme allí me hizo sentar que podía soportar una pequeña triatlón. Quince carreras después tengo algo algo asombroso para contar: un triatlón IronMan (2.4 millas a nado, 112 millas en bicicleta y una carrera de 26.2 millas). Si me hubieras dicho hace tres años que me entrenaría para el IronMan algún día, te hubiera dicho que me confundías con otra persona.
Y, aunque todavía no soy esa mujer perfecta con hijos que comen broccoli… soy feliz, estoy saludable y hago cosas que nunca soñé que fueran posibles. Si yo pude cambiar, tú también puedes.
Aquí tienes algunos de los trucos que utilicé y que quizá te ayuden a ti también:
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Concéntrate en ti misma: deja de mirar a todo el mundo a tu alrededor. Esto se trata de ti, no de tu hija, marido, vecino o amiga.
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Admite la derrota: admite que hay áreas de tu vida fuera de control, ponlas en una lista. No puedes mejorar lo que no tienes claro. Hazte estas preguntas: ¿soy sedentaria o activa? ¿Cómo es mi dieta? Sé honesta, nadie te mira y nadie te juzga.
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Establece metas: ¿dónde quieres llegar? No midas el éxito por la pérdida de peso sino por cómo quieres cambiar.
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Elige tus batallas: el cambio no va a llegar enseguida. ¿Por dónde vas a empezar? No puedes cambiar tu dieta, plan de ejercicios y salud familiar todo al mismo tiempo. Elige tu primer “enemigo” y lucha con eso, después otro.
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Comparte lo que haces: hazlo público, nada te hace más honesta que reportar tus resultados. Haz un diario, escribe un blog o compártelo en tus redes sociales o en tu grupo de amigos y familiares.
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No temas pedir ayuda: ¿No sabes por dónde empezar? ¿Estás atascada? ¿Perdiste el impulso? Habla con una amiga, con un grupo online… ¡o llámame a mí! Pero no te rindas.
Un viaje de miles de millas comienza con el primer paso, y este podría ser el momento de darlo. Sé por experiencia propia que hay una tu saludable y feliz en tu interior que quiere salir a la luz. El cuerpo humano tiene una habilidad indiscutible para cambiar y te aseguro que, si te haces la promesa y vas pasito a pasito… también harás cosas que hoy crees imposibles.