Nota del editor: El siguiente artículo forma parte de una serie inspirada en la celebración de la herencia latina y comida saludable, presentada por Beech-Nut/Goya.
Después de tener un bebé, nos acostumbramos a que todo gire en torno a sus horarios. Aprendemos que las siestas deben estar coordinadas con las salidas a la calle y, en nuestros recorridos diarios, encontramos los mejores lugares para amamantar y cambiar pañales a lo largo y ancho de la ciudad. Nos hemos hecho expertas en hacer la compra semanal en exactamente 37 minutos, justo a tiempo para que no se desate un cataclismo, y sabemos que los 70 minutos que tardamos en llegar en auto hasta la casa de nuestros padres es el tiempo necesario para que el bebé haga su siesta de la tarde. Entonces, el bebé comienza a comer sólidos y se supone que tenemos que darle tres comidas sólidas más dos meriendas a lo largo del día… ¡y tenemos que volver a empezar a reorganizar toda nuestra rutina desde cero! Es inevitable que la hora de comer del bebé interfiera con nuestras obligaciones y mandados, así que, estar prevenida y saber cómo actuar en esas ocasiones, te salvará de más de un disgusto con las posibles rabietas por hambre de tu bebé evitando que termines dándole comida chatarra.
PLANIFICA LAS COMIDAS CON ANTICIPACIÓN
Planificar las comidas con anticipación te salvará de tener que pensar en algo nutritivo y saludable mientras andas de aquí para allá. Si has quedado con otra mamá con niños pequeños a la hora del almuerzo, cada una puede llevar diferentes cosas para combinar y compartir, una el plato principal y la otra vegetales o fruta, por ejemplo.
En esas ocasiones en las que vas a pasar el día en el zoo o en el museo, lleva una vianda. Hazte con uno de esos famosos tupper bento, o consigue varios simples más pequeños, y prepara sandwiches de margarina y banana para ti y tu bebé. Corta un mango en rodajitas, pela algunos guisantes y saltea batatas troceadas en aceite de coco con una pizquita de canela. ¡Felicidades! Acabas de cocinar tu primera comida saludable y casera para que tu bebé y tú la compartan donde quiera que vayan.
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QUÉ TENER SIEMPRE A MANO
Sí, a todas nos ha pasado que a nuestro bebé le da una rabieta porque es la hora de comer y estamos impotentes haciendo fila en la oficina postal. Para esas ocasiones, aquí tienes los que yo considero infaltables para improvisar una comida en cualquier sitio y lugar, en estricto orden de importancia.
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Flexipacks: La última tendencia en las comidas envasadas para bebé es que sean super cómodas y portátiles. Los flexipacks son suficientemente estables y seguros para tu bebé y sólo contienen ingredientes como fruta, verdura, granos y, a veces, un poco de proteínas. Si bien es verdad que chupar de la pajilla (papote, pitillo) de un flexipack por horas no es lo mejor para los dientes, los bebés y niños pequeños pueden consumirlos de forma segura como parte de una comida o como un tentempié sobre la marcha… y así librarnos nosotras de la tortura de las cucharas sucias y envases a medio terminar.
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Puffs o cereales para bebés: Estos son un tentempié fantástico para entretener el hambre de tu bebé hasta que encuentres el momento de sentarte a comer adecuadamente. Mi consejo es que llenes un vasito de bebé con tapa que ya no uses con cereales. El tamaño más pequeño contendrá una o dos porciones, y el hecho de que lo lleves en el vasito evitará que se aplasten en tu bolso debajo de los pañales, las toallitas y tu billetera.
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Fruta fresca y vegetales: Una manzana, una banana, una zanahoria o habichuelas pueden ser un tentempié perfecto. Es cierto que tendrás un poco de basura de la que deshacerte después, pero le habrás dado a tu bebé un aperitivo delicioso, nutritivo, fresco… y barato. ¡Lleva el doble de lo que tu bebé puede comer y tendrás tu porción también!
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Bolsa de emergencia: a esta altura, ya debieras tener en el maletero de tu auto una bolsa de emergencia. Pon dentro pañales, toallitas húmedas, una muda de ropa para ti y tu bebé, un par de mantas, vendas, protector solar y comida. ¿Qué tipo de comida? Suficiente para ambos durante un día. Incluye bolsitas de fruta deshidratada (deliciosas para ti y segura para el bebé), algunos flexipacks o potitos (fíjate bien en la fecha de caducidad), y algunas galletas de arroz o cualquier otro tipo de snack que os guste a tu hijo y a ti. Usa tu bolsa de emergencia todas las veces que la necesites y no olvides reponer lo que se acabe.
Con un poco de organización, puedes estar lista para ganar la batalla de las comidas “al paso” sin problemas, pataletas y ¡evitando las papitas fritas o la comida basura para tu hijo y para ti!