5. Brei de matzo
Si creciste en un hogar judío probablemente has probado el Brei de mazto, y si aún no lo has probado, estás a punto de descubrir por qué la gente lo ama—- hasta esperamos el séder para que tengamos una excusa para comerlo todos los días. Este platillo es simple, pero está cargado de sabor. Piensa en él como unos huevos revueltos mezclados con un matzo frito. Si estás de humor para algo sabroso, puedes sazonarlo con sal y pimienta o puedes comerlo como un pan tostado y hacerlo un poco más dulce con canela y azúcar. No importa cómo lo hagas, es delicioso.