Si tienes hijos y esperas que, un día, vayan a la universidad, probablemente ya estás pensando si podrás pagar sus estudios y cómo hacerlo. La universidad es cara, muy cara. Según un estudio de Urban Institute, los adultos que hoy tienen treinta años han disminuído su patrimonio un 20% con respecto a los adultos de treinta años de hace unas décadas… ¿sabes cuál es la razón? Pues que aún están pagando su préstamo universitario. Cada vez más licenciados universitarios incursionan en el mundo laboral con una enorme deuda a sus espaldas, y esto hace que no quieran correr riesgos empresarios, que no puedan ahorrar y que no gasten (cosa que no es positiva porque es, precisamente el consumo, lo que estimula la economía de un país), de la misma forma que lo hicieron sus padres.
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El costo de asistir a la universidad es más elevado cada año. En Florida, por ejemplo, la matrícula sube entre un 5 y un 15% cada año. Si la matrícula de una carrera de cuatro años está entre los $20,000 y $50,000 (e incluso más), cada vez hay más estudiantes que deben tomar un préstamo para costearse los estudios. No es infrecuente que los recién licenciados comiencen sus carreras profesionales con deudas de miles de dólares.
A pesar de todo, parece que es esencial tener un título superior para lograr algo en la vida. De acuerdo con el Centro de Educación de la Universidad de Georgetown, los universitarios ganan un 84% más en su salario medio que los que no han alcanzado ese estatus. Así que, la universidad es una excelente inversión… pero las universidades no se lo ponen fácil a los padres ni a los estudiantes. El hecho es que la mayor parte de los padres tiene serias dificultades para poder reunir el dinero necesario para la universidad y los programas de matrícula prepagada del estado (libres de impuestos y con precios congelados) han empezado a desaparecer por insolvencia.
Y las cosas no van a mejorar. Este verano, los demócratas y los republicanos no pudieron llegar a un acuerdo en el Congreso con respecto a las tasas de interés de los Préstamos Estudiantiles Federales, así que los mismos saltaron del 3,4% al 6,4%. Todos los políticos estuvieron de acuerdo en su deseo de reducir las tasas de los préstamos pero no pudieron consensuar cuánto y cómo hacerlo. Los perdedores en esta batalla política son los estudiantes, algunos de los cuales tiene que pagar mensualmente cantidades tan altas como las de una hipoteca regular para pagar sus estudios.
La deuda del préstamo estudiantil está superando a la de las tarjetas de crédito en los Estados Unidos. En promedio pasan dos décadas antes de que un estudiante se libere de su deuda. Esto significa que un licenciado que tiene que pagar $60,000 de deuda por el préstamo universitario, estará pagando hasta que haya pasado largamente los 40 años.
Para poder afrontar el costo de la universidad de sus hijos, los padres debieran empezar a ahorrar mucho tiempo antes. Esto se dice más fácil de lo que se hace, pero cada pequeño esfuerzo cuenta. Un programa de ahorro escolar libre de impuestos es una buena idea. Se pueden ingresar $20 a $100 por mes en estos programas, y eso ayudará a sobre llevar el momento de pagar la universidad en un futuro. Por supuesto que no cubrirá todos los gastos, pero ayudará bastante. Tu hijo también tendrá que pensar en su futuro, aunque suene triste. Alienta su excelencia académica porque con las becas que pueda conseguir, más algunos premios y tus ahorrros… ¡podrá mantener a raya un préstamo mínimo cuando vaya a la universidad!