Casi uno de cada diez niños en los Estados Unidos es diagnosticado con Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) cada año. Los problemas de conducta relacionados al TDAH incluyen falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Los niños pueden comenzar a exhibir estos síntomas desde las 2 o 3 años de edad y mientras más pronto comiences a tratarlos, mejor será para tu hijo.
Como padres, conocemos a nuestros hijos mejor que nadie, pero puede ser difícil diferenciar entre una actitud infantil normal y el TDAH, y a muchos padres les preocupa tener que medicar a sus hijos. Si no se trata, el TDAH puede impactar seriamente la habilidad de tu hijo para aprender e interactuar con otros. Sin embargo, la medicación es sólo un tratamiento y no siempre es necesaria. La educación, terapia de conducta, nutrición adecuada y apoyo en casa pueden ayudar a controlar los síntomas.
La clave para tratar el TDAH en los niños es reconocer los síntomas y hablar con tu pediatra. Aquí hay una lista de 15 señales de que tu hijo pudiera tener TDAH.
1. Extrema intranquilidad
Los niños con TDAH son inquietos y tienen problemas para quedarse en un lugar. Tienden a agitarse, tamborilear con los dedos o hacer ruido con los pies casi de manera constante. Todos los niños son inquietos y agitados a veces pero con el TDAH esta actitud tiende a ser constante y perturbadora.
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2. Problemas para mantenerse al tanto de sus cosas
Los niños con TDAH suelen tener problemas para estar al tanto de sus cosas. Pierden ropa y mochilas, olvidan traer tareas de la escuela o dejan su almuerzo en casa.
3. Dificultad con las tareas repetitivas
Los niños pueden tener dificultades para mantenerse interesados o enfocados en tareas repetitivas como memorizar deletreos. Pueden distraerse o simplemente alejarse.
4. Problemas para estar enfocados
Es un reto para los niños con TDAH mantenerse enfocados en una tarea. Se distraen fácilmente, pierden el seguimiento y tienen problemas para organizarse.
5. Superatención a actividades interesantes
El TDAH en los niños con frecuencia implica la habilidad de concentrarse completamente en actividades que encuentran interesantes, dejando de estar conscientes de lo que pasa a su alrededor. Esta “superatención” puede ser muy útil cuando se trata de tareas de la escuela, pero no tan buena cuando se trata de videojuegos.
6. Distraerse
Es común que los niños con TDAH se distraigan y sueñen despiertos, yéndose a su propio mundo interior por ciertos períodos de tiempo.
7. Inhabilidad para estar al corriente
Como tienen problemas para enfocarse, los niños tienden a comenzar varias tareas sin terminar ninguna. Pierden interés rápidamente y empiezan otra cosa, se olvidan de un paso, o se saltan detalles importantes.
8. Sobreestimulación
Los niños con TDAH tienen problemas para lidiar con demasiados estímulos sensoriales. Los salones, las calles llenas de gente, o los sonidos de una plaza pueden resultar abrumadores y provocar berrinches o ansiedad.
9. Comportamiento impulsivo
Los niños con TDAH no pueden controlarse. Frecuentemente interrumpen conversaciones, hacen preguntas inapropiadas e invaden espacio personal.
10. Habilidad de resolución de problemas débil
Antes que pensar en los pasos requeridos para resolver un problema, los niños simplemente inventarán una solución.
11. Impaciencia
Frecuentemente, los niños dan respuestas que no se les han pedido o se entrometen en los juegos de otras personas.
12. Arrebatos emocionales
Los niños con TDAH tienen dificultades para controlar sus emociones y se descontrolan fácilmente. Esto puede llevar a tener mal humor, arrebatos emocionales o berrinches temperamentales.
13. Problemas para seguir instrucciones
Pueden tener dificultad para escuchar, recordar o seguir instrucciones.
14. Gratificación instantánea
El TDAH en los niños con frecuencia se manifiesta en forma de impaciencia para esperar resultados. Necesitan gratificación instantánea.
15. Problemas para interactuar con sus compañeros
Para los niños impulsivos e hiperactivos es difícil hacer amigos. Sus compañeros pueden pensar que su comportamiento es grosero o irritante. También les da trabajo entender las normas sociales, o adoptan demasiadas normas sociales y no saben cómo interpretarlas.
