Del 4 al 9 de abril se celebra la Semana de la Regla de Oro, inspirada por una exposición titulada Una mutua bendición, El Papa Juan Pablo II y el pueblo judío. Esta muestra, ganadora de varios premios, está recorriendo el país para lanzar un mensaje de paz y reciprocidad. En las fotografías se puede ver al Papa Juan Pablo II visitando a personas de todo el mundo, y el mensaje de la Regla de Oro extraído de distintos textos religiosos. Como ya sabemos si nuestros padres nos la enseñaron, esta regla dice: “Trata a los otros de la misma forma que te gusta que te traten a ti”. Este es el modo en que distintas religiones lo expresan:
• Cristianismo – Lucas 6:31
Trata a los demás como te gustaría que ellos te trataran a ti
• Judaísmo – Talmud, Shabbat 31a
Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a tu prójimo.
• Islamismo – 40 Hadices (An Nawawi), 13
Ninguno de ustedes es creyente hasta que desee para su hermano lo que desea para sí mismo.
Sorprendentemente, la mayoría de las religiones tienen a la Regla de Oro como una de sus creencias fundamentales, pero, por desgracia, han convertido el mensaje en meras palabras que no van acompañadas de actos. Es raro encontrar aceptación, igualdad y perdón entre los miembros de distintas religiones.
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Aunque lo entendía racionalmente, yo no fui verdaderamente consciente de la importancia de la Regla de Oro hasta que hablé con un amigo que es cuáquero. Antes, la había escuchado infinidad de veces. Pero no fue hasta que estaba conversando con esta persona que entendí claramente que si la Regla de Oro fuera la única regla universal bastaría para que las distintas sociedades coexistieran de forma respetuosa. No soy religiosa, pero creo en el potencial de la gente para hacer el bien y para ser buenos. Y me encanta que el foco de atención de esta regla está puesto en disfrutar de relaciones positivas y saludables regidas por un código moral sencillo: cuando dudes, pregúntate a ti mismo “¿Cómo me gustaría que me trataran a mí en esta situación?”
CUALIDADES QUE NOS PERMITEN PONER EN PRÁCTICA LA REGLA DE ORO
- Empatía. Queremos que los demás nos traten con amabilidad y sean conscientes de los retos a los que nos enfrentamos, así que al practicar la Regla de Oro también tenemos más empatía con los demás.
- Comprensión. Queremos que nos escuchen y que entiendan nuestro punto de vista y los obstáculos que hemos tenido que superar. Y cuando practicamos la Regla de Oro, nos esforzarmos en comprender a otras personas.
- Aceptación. A nadie le gusta ser juzgado. Entonces, ¿por qué juzgamos con tanta facilidad a los demás? La Regla de Oro impide que lo hagamos.
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ENSEÑANDO LA REGLA DE ORO A NUESTROS HIJOS
No podemos cambiar este mundo violento en el que vivimos, pero sí influir en las futuras generaciones, si inculcamos la Regla de Oro en nuestros hijos actuando de forma consecuente con ella. Cuando los pequeños ven a sus padres mostrar amabilidad, paciencia, consideración y capacidad de perdón de forma habitual, y tratar a otros de la forma que les gustaría que les trataran a ellos, el ser respetuosos, conscientes y empáticos surge en ellos de forma natural.
Así que aprovechemos que existe la Semana de la Regla de Oro para recordarnos a nosotros mismos la importancia de tratar a los demás del modo en el que nos gustaría ser tratados. ¿Quién se une?
