5. Liberarte de la culpa
Vuelve a los puntos 2 y 4. En lugar de centrarte en todas las formas en que estás fracasando como madre, esposa o mujer (ya sea que no estás aportando suficientes horas como voluntaria en la escuela de tus hijos, no aplicaste para esa gran promoción o la casa siempre está desordenada), deja de sentirte culpable por intentar (y no conseguir) hacerlo todo. “Una terapeuta muy sabia me dijo una vez: ‘Todos fracasamos al hacer cosas cada día. Pero tenemos que enfocarnos en todas las cosas que hacemos bien, día tras día’”, comenta Kathy, esposa y madre trabajadora de dos niños. “He aprendido a aplicar esa regla a mi vida de madre que trabaja fuera de casa. Hay tantas cosas por hacer en casa que nunca tengo tiempo de llegar a todo. Necesito hacer más ejercicio. Necesito leer más cuentos a mis hijos y hacer que vean menos televisión. Pero oye, están limpios y bien alimentados, y son felices, y van bien en el colegio. ¡Así que algo debo de estar haciendo bien!” Todas podríamos aprender de la actitud de Kathy. ¡No dejes que te vendan el mito de la Supermamá!