¿Ha tenido unas vacaciones que nunca olvidarás? Mientras bebía mi Guinness en ese fatídico día de San Patricio, pude sentir mi mundo cambiar justo bajo mis pies. Siempre voy a recordar y apreciar el día de San Patricio de 2010. Esa noche, mi vida cambiaría para siempre. Supe que estaba embarazada.
De alguna manera, sabía que aquel día de San Patricio sería el última como una mujer sin hijos ni preocupaciones. Mi periodo no debía llegar hasta el día siguiente pero, ya por la tarde, en mi clase de yoga, me había fijado en cómo la camiseta se estiraba firmemente en mi pecho, yo sabía. Yo sabía que estaba embarazada.
Era demasiado pronto para las náuseas matutinas y el agotamiento. Mis pechos estaban doloridos e hinchados, pero a veces eso sucedía unos días antes de mi periodo. Pero yo sabía. Lo sentí. No habíamos estado tratando de concebir, de hecho, habíamos estado utilizando métodos de planificación familiar natural. Pero, de alguna manera, a pesar de nunca haber estado embarazada antes, sabía que llevaba nuestro primer hijo en el vientre.
Lee también: Embarazo: dudas y preguntas comunes
Me tomaré la última Guinness
Antes de confirmar mis sospechas con una prueba de embarazo (que decidí hacer la mañana siguiente), decidí vivir mi último San Patricio sin bebé al máximo. Sí, sabía que estaba embarazada y sí, me tomé una cerveza.
Las investigaciones sobre consumo de alcohol y el embarazo los primeros días después de la concepción dicen que el consumo moderado no es realmente significativo. La implantación se produce cuando la placenta comienza a desarrollar y suministrar nutrientes al blastocisto que se convertirá en tu bebé. La implantación se produce normalmente en la semana cuatro del embarazo, es decir, las cosas que hagas antes del plazo de la primera pérdida (cuando la mayoría de las mujeres descubren que están embarazadas) no debiera afectar al futuro embrión en absoluto.
No más bares para mí
Una vez que tengas hijos, la forma de celebrar las fiestas cambia. Aquel día de San Patricio fue el último que pasé hacinada en un bar abarrotado, bebiendo Guinness un poco demasiado caliente. Ahora, En estos días, con dos pequeñas menores de dos años, la mayor parte de mis vacaciones (día de San Patricio incluido) las paso acurrucada con mi marido, viendo una película y bebiendo una cerveza Guinness (¿Qué? ¡Es mi favorita!) en el sofá hasta que no podamos mantener los ojos abiertos.
Hace tres años, antes de ver esas dos pequeñas líneas, yo sabía que el 17 de marzo iba a ser el día en que mi vida iba a cambiar para siempre. Ahora, creo que el día de San Patricio es mi fiesta preferida, ¡por razones obvias!