El aroma es muy evocativo; tan solo un poco puede activar memorias vívidas o cambiar completamente tu actitud. De hecho, un estudio del 2008 encontró que quemar franquincienso puede tener verdaderos efectos antidepresivos. Gerald Weissmann, M,D., editor en jefe de la Federation of American Societies for Experimental Biology Journal, añade: “Este estudio también provee una explicación biológica para las prácticas espirituales milenarias que han permanecido a lo largo del tiempo, distancia, cultura, lenguaje y religión— quemar incienso en verdad te hace sentir cariñosa y te estremece por todas partes.