10. Están interesados, pero falta un empujoncito.
Llámalo instinto o como quieras pero, a veces, un padre sabe que sus niños necesitan un pequeño empujón en la dirección correcta. Mientras gritan “¡NO! No quiero!”, tú escuchas:”Quiero probar pero me da miedo”. Asumiendo que tienes razón y realmente conoces el funcionamiento interno de tu hijo, entonces usar psicología inversa puede ser una gran manera de influir en sus decisiones y ayudarle a poner sus acciones en marcha.