La razón por la que mantengo el fuego bajo es que intento que mi omelette no se queme, si pasa eso, no sabrá bien ni se verá sabrosa. Saca la baguette del horno y enmantécala.
Listo, ¡el desayuno está servido!. Te aseguro que no hay mejor manera de empezar un domingo. Y si a los niños no les gusta, pueden comer cereales… ¡más omelette para mí!