¿No deberían los nombres decir algo de quien los lleva, además de su herencia cultural? Sí, parece irónico que una niña de piel oscura y facciones indígenas se llame Britney. O por el contrario, que un niño de ojos azules y pelo rubio se llame Moctezuma. Pero, al mismo tiempo, quería que los nombres que eligiéramos fueran únicos y que tuvieran significado especial para nosotros, y que reflejaran varias cosas: nuestra familia, nuestros intereses y nuestra cultura.