Está decidido a recortar los gastos frívolos de la Iglesia y el Banco Vaticano. Echó al obispo alemán que gastó más de 50 millones de dólares en renovar su vivienda oficial.
Es humilde. Por ejemplo, ha lavado los pies de 10 prisioneros en una cárcel romana. Dos de ellos eran mujeres y dos eran musulmanes.