Olvidamos nuestros sueños porque necesitamos dinero. El artista renuncia a pintar porque necesita pagar las facturas. Se convierte en radiólogo o enfermera porque esos empleos están en demanda y pagan bien, además de que ofrecen cierta seguridad laboral.
Pero, ¿qué es mejor? ¿Ser pobre y hacer lo que amas o tener un cheque de pago y sentirte fatal?