Al final, no importa que afición elijas, siempre y cuando la disfrutes. No debería ser un suplicio. Debe ser una actividad divertida y que te proporcione placer. Algo que anticipar al final del día o de la semana. Y debería servirte de recordatorio de que eres más que tu profesión, tu estado civil o tu diploma universitario. Un hobby te ayuda a convertirte en una persona más completa y balanceada. Y quién sabe, puede abrirte las puertas a cambiar de profesión más adelante.
Lorraine C. Ladish es Editora en Jefe de Mamiverse. Pueden seguirla en @lorrainecladish y @mamiverse.