Ya sé que eres una mujer adulta y que sabes tomar tus propias decisiones. Prometo que si se queda, no diré una sola palabra en su contra o le daré la espalda. Mantendré la puerta abierta. Siempre estaré dispuesta a sostener tu mano o pasarte un Kleenex o, simplemente, darte un abrazo. Pero eres una mujer muy inteligente. Empieza a actuar como tal.