7. En el famoso testamento de Andersen, el escritor solterón y sin hijos dejó una enorme cantidad de dinero a Edvard Collin, su asesor financiero y compañero de toda la vida. Donó algunos de sus libros y manuscritos, incluyendo algunas ediciones de Charles Dickens, a la Real Biblioteca de Dinamarca y entregó también cartas recibidas de personajes famosos para que fueran publicadas.