“Descartada por campistas hardcore y rechazada por algunos viajeros de lujo que dicen que ‘nunca irían de campamento’, la idea ha sido adoptada por muchos que ven los beneficios ecológicos del camping y las ventajas presupuestarias de mezclar una actividad tradicionalmente gratuita con unas vacaciones de lujo”, escribe Robbins McLean en Gadling.
