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Fomenta el diálogo y haz que todos interactúen. Si ves que nadie toma la iniciativa, pide a cada comensal que cuente lo mejor de su día.
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Aprovecha el momento para enseñar a los más pequeños buenos modales en la mesa: cómo usar el cuchillo y tenedor, sentarse derechos, no hacer bullicio y nunca levantarse de la mesa si los demás no han terminado. Un consejo extra de mamá a mamá… haz que este aprendizaje sea relajado y divertido para que los niños no asocien la hora de comer juntos con un momento de tensiones y reproches.
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