La misma semana, una amiga de la infancia posteó un mensaje en su página Facebook.
Ella acababa de firmar los documentos de cierre en su casa en Arizona y estaba planeando hacer las maletas con sus hijos y regresar a casa de sus padres. Fue un momento muy agridulce para ella porque dejaba una vida que ella había construido por sí misma y junto a su familia y regresaba a su casa de la infancia en California. Mientras caminaba fuera de la oficina en la que había firmado los papeles, ella suspiró y esperaba que estuviese haciendo lo correcto. Pero justo cuando ella levantó la vista, vio un coche con su verso preferido de la biblia escrito en la ventana de atrás diciéndole: no te preocupes, tienes esperanza y un futuro.